miércoles, 4 de noviembre de 2015

Los fósiles son restos orgánicos petrificados y se ubican en algunas capas de la superficie terrestre.

De acuerdo a sus características existen los siguientes tipos de fósiles:

Fósiles índice o guía: Estos fósiles corresponden a organismos extinguidos. Son muy utilizados en la bioestratigrafía y se caracterizan por encontrarse en abundantes cantidades.

Subfosiles: Estos pertenecen a organismos extintos o no que se hallan en el yacimiento Reciente o del Holoceno. Se caracterizan por no tener más de 11.000 años de antigüedad.

Problemáticos: aquellos fósiles de los que no se puede comprobar su origen orgánico.

Pseudofósiles: aquellos materiales inorgánicos cuya apariencia es orgánica.

Químicos: Se les llama así a las moléculas que se hallan en el petróleo o sedimento. La estructura de estas moléculas está relacionada con ciertos compuestos químicos que actualmente se producen.

Vivientes: Estos fósiles corresponden a organismos recientes e incluso actuales que tienen numerosas afinidades del tipo morfológicas con especies extinguidas o bien, que han sufrido a lo largo del tiempo modificaciones morfológicas, generalmente externas.

- De acuerdo a su formación se puede hablar de las siguientes clases de fósiles:

Petrificados: estos se forman a partir de las partes blandas o duras de algún organismo. Estas se mineralizan conformando una copia de ellas en una piedra, de manera exacta.

Gelificados: estos se forman tras la incrustación de un organismo en el hielo luego de un proceso de congelación. El organismo se mantiene sin alteraciones a bajas temperaturas por largos períodos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario